Está comprobado que seguir una dieta saludable es fundamental para prevenir enfermedades cardiovasculares o la diabetes, según asegura el Consejo General de Colegios de Dentistas, quienes recalcan que también es imprescindible para mantener una buena salud oral.
Según expone esta entidad, la fruta fresca y los vegetales crudos como la manzana, la sandía, la zanahoria y el apio ayudan a eliminar la placa de los dientes y refrescan el aliento. Por su parte las fresas contienen xilitol, una sustancia antibacteriana que ayuda a reducir los microorganismos del biofilm dental. Además, el ácido fólico que contienen los vegetales de hoja verde ayuda a disfrutar de una correcta salud bucodental.
Es por ello que desde la organización se aconseja seguir una dieta mediterránea, la cual prioriza el consumo de verduras, frutas, pescado y aceite de oliva, y limita las carnes rojas y de azúcares.
Desde el Consejo General de Colegios de Dentistas recalcan que las vitaminas que se encuentran en los alimentos citados anteriormente son determinantes para la salud oral. Estas son:
– Vitamina A: que está presente en alimentos como espinacas, lechuga y mango. Este nutriente ayuda a mantener sanas las mucosas y el flujo salivar. Además, contribuye a que las encías se mantengan sanas o se recuperen lo antes posible si sufren alguna patología.
– Vitamina B: el complejo vitamínico B ayuda a reducir la inflamación y el dolor de las aftas bucales. Esta vitamina puede encontrarse en alimentos pescados, pollo, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos.
– Vitamina C: se trata de un nutriente esencial para conservar la salud periodontal y para tratar de reparar los tejidos conectivos fundamentales para prevenir la inflamación de las encías. Esta vitamina la contienen las fresas, mandarinas, naranjas, kiwi, brócoli o pimiento rojo.
– Vitamina D: esta vitamina, conocida como la vitamina del sol, ayuda a regular los niveles adecuados de calcio y fosfato en sangre. Sin ella, el organismo no puede absorber el calcio necesario para fortalecer dientes y huesos. Además del sol, puede obtenerse de la alimentación, ya que la vitamina D está presente en el pescado azul (salmón, sardinas, caballa) y en los lácteos, entre los que destacan los quesos curados. Según concluye un estudio publicado en la revista General Dentistry, al masticar queso, el pH de la saliva se eleva más que con otros lácteos, por lo que tiene un efecto directo neutralizante sobre los ácidos y la presencia de pirofosfatos que ayudan a remineralizar el esmalte.
Bebidas que no son buenas para la salud oral
Sin embargo, desde el Consejo General de Colegios de Dentistas alertan de que algunas bebidas no son buenas para la salud oral. Concretamente los zumos envasados y las bebidas carbonatadas o energéticas suponen un riesgo para la salud dental.
Esto es debido a la gran cantidad de azúcar y dióxido de carbono que tienen, así como su gran nivel de acidez, incluso las que contienen cero azúcares. Todo esto en su conjunto, produce una erosión del esmalte, incrementa la sensibilidad dentaria y el riesgo de padecer caries, por ello los dentistas recomiendan que su consumo sea limitado.
Por otro lado, el café contiene una alta concentración de moléculas cromógenas que pigmentan el esmalte de los dientes en mayor o menor medida. Según exponen, son manchas llamadas extrínsecas (exteriores) que no penetran en la estructura del diente y que, por lo tanto, se pueden eliminar.
En cuanto al té, depende de la variedad del mismo, puesto que el té negro y el té rojo son tan cromógenos como el café. Sin embargo, el té verde, al no tener tantos taninos, es menos nocivo.
Desde el Consejo General de Dentistas recuerdan que, “independientemente de lo que se coma, siempre quedan restos alimentarios que hay que eliminar con un adecuado cepillado dental y pasta dentífrica fluorada”. También insisten en que, ningún alimento, por muy sano que sea, sustituye al cepillado dental.
FUENTE: MUNDO DEPORTIVO